«La huerta me sirve para relajarme, para mí es como el jardín zen de los japoneses»

Publicada el 08.Feb.2019

Es una de las caras más conocidas de la UPCT. Su desparpajo, gracia y el hecho de llevar trabajando de cara al público desde que se creó la Universidad algo han ayudado a eso. Y es que aunque ahora está en el Servicio de Deportes, a cualquiera a quien se le pregunte por ‘Javi’, lo recuerdan de su etapa como conserje en el Rectorado. No es raro encontrárselo algún día repartiendo naranjas de su huerta entre los compañeros de trabajo. Y es que esa, junto a su familia, es una de sus grandes pasiones.

¿Cómo comenzó en la UPCT?
En el 98 comencé trabajando en la Biblioteca del Campus Alfonso XIII, cuando aún pertenecía a la Universidad de Murcia. Cuando crearon la UPCT me llamaron para la bolsa, había echado para auxiliar de servicios. Eso fue ya en el año 2000.

Dicen que se conoce la Universidad mejor que su propia casa.
(Risas). He pasado por muchos edificios. Empecé en Minas, luego me mandaron a poner en marcha el Pabellón de Deportes, también puse en marcha el Aulario 2 del Campus Alfonso XIII y el Rectorado, donde tuve que numerar puertas, llaves y poner todo un poco en orden. Pero también he pasado por Agrónomos, Arquitectura, cuando era Empresariales, y en Industriales he estado en los actos de Santo Tomás de Aquino y Apertura de Curso.

¿Qué es lo que más le gusta de la UPCT?
El compañerismo. Me llevo muy bien con todos. Es lo mejor que hay.

Hay muchas leyendas urbanas sobre la 'monja' del Rectorado, ¿le ha pasado alguna referente a eso?
Se habla mucho del espíritu de la monja que anda por el Rectorado. Cuando tenia guardia los sábados y no había nadie, varias veces se oía, como se cerraba alguna puerta o cómo se movían los ascensores sin nadie dentro e incluso aparecía algún cerrojo echado en la puerta de los aseos, sin que hubiera nadie dentro del aseo, por lo que teníamos que romper la puerta para poder entrar. Siempre que ocurría algo y no teníamos respuesta, se lo achacábamos a la monja errante.

¿De pequeño se imaginaba que terminaría trabajando en la UPCT?
No. Yo quería ser empleado de banca o funcionario, bueno, mejor dicho, forestal. Hasta me preparé las oposiciones.

¿Qué prefiere, huerta o mar?
La huerta. Tengo mi pequeño huerto. Mi padre era agricultor y he trabajado con él en la huerta.

¿Y ahora es para usted una afición o una tarea más?
Una afición. Tengo un pequeño huerto al que voy todas las tardes un rato para poder los árboles. Me sirve de relajación, es como el jardín zen que tienen los japoneses.

¿Un deporte?
Hago senderismo con mi mujer y amigos. Intentamos siempre conocer sitios nuevos para luego llevar a nuestros hijos o ir con los amigos.

¿Algún lugar asombroso que hayan descubierto recientemente?
El estrecho de Bolvonegro, en Moratalla. Es un pequeño cañón que va abriendo el agua, nadie imagina que en Murcia podamos tener lugares tan increíbles como ese.

¿Qué le aporta el senderismo?
Paz. Estás en contacto con la naturaleza y es sano para el cuerpo y la mente. Sirve para que el pensamiento fluya mejor.

¿Un lugar idílico de viaje?
Asturias. Siempre que podemos nos escapamos allí para hacer rutas de senderismo. La naturaleza allí es increíble.

Hubo una época en la que tuvo alma emprendedora, ¿no?
Sí, cuando trabajaba para la Universidad de Murcia, nos pilló la crisis del 92 y nos despidieron. La Universidad nos recomendó montar una cooperativa de transporte y conseguimos trabajar para ellos y para otras empresas.

¿Volvería a emprender si pudiera?
No. Cuando era joven, era una cosa, pero ahora prefiero la estabilidad.