«No estamos solos en el mundo y debemos caminar juntos»

José Miguel Martínez Pérez, ingeniero de Energía y Minas por la UPCT empleado en la refinería de Repsol, ha destinado sus vacaciones a la cooperación en África

El exalumno José Miguel Martínez, durante su estancia como cooperante en Senegal.
El exalumno José Miguel Martínez, durante su estancia como cooperante en Senegal.
Publicada el 10.Sep.2017

Cartagenero del 73, José Miguel Martínez Pérez se tituló en 2013 como ingeniero de Energía y Minas por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) mientras trabajaba a turnos en la refinería de Repsol, en la que ha está empleado desde el año 2000. Este verano, ha descubierto la experiencia de cooperar durante sus vacaciones, pasando quince días en una aldea de la región senegalesa de Kaolack.

¿Por qué te has decidido a ser cooperante?
Llevo mucho tiempo queriendo participar en un proyecto así, porque me gusta estar con los más desfavorecidos y me llena poder ayudar a la gente, poder aportarles una sonrisa. Nunca me había decidido, porque siempre hay excusas, hasta este año. Es mi manera de rechazar el individualismo. No estamos solos en el mundo y debemos caminar juntos.

¿Qué has encontrado en Kaolack?
A un conjunto de personas, en su mayoría con inquietudes y ganas de desarrollarse, que están intentando cambiar la realidad de su entorno y la falta de organización que les lastra.

¿Qué te ha aportado la experiencia?
Aprender a organizarme con gente que no conocía de nada y de forma acoplada y en equipo. Pese al cansancio, la frustración o el desánimo, nadie pone mala cara.

¿Te ha cambiado?
Sí, me ha cambiado. Es un tópico, pero me ha hecho valorar más los servicios de los que aquí disponemos, acceso a la sanidad, a la educación, la limpieza de las calles, etcétera. Por otro lado, también me ha hecho ver las cosas de otra manera. Allí llevan un ritmo de vida menos estresado, son solidarios entre ellos mismos y son felices con lo que tienen valorando mucho cualquier oportunidad que se les brinda para su desarrollo. Creo que si juntáramos lo mejor de cada continente tendríamos un mundo ideal.

¿Recomiendas pasar las vacaciones cooperando?
Por supuesto. Es necesario conocer realidades distintas a la nuestra para valorar más nuestra situación y coger un poco de la de ellos. Porque, aunque su relajación puede parecer extrema, nuestro estrés también lo es. Deberíamos quedarnos con un poco de ambos extremos. También se aprende a restar importancia a los problemas que no la tienen.

De tu paso por la UPCT, ¿qué destacas?
El trato con los profesores que despertaron mi curiosidad y ganas de aprender, la formación adquirida y la visión crítica que me aportan esos conocimientos. La gestión de la energía, tanto de los recursos naturales como la producida a partir de combustibles fósiles y la extracción de éstos es un tema muy interesante. En mi opinión un uso compartido de ambas fuentes de energía, desarrollando más las renovables y reduciendo las emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero en las de origen fósil, nos ayudaría a construir un mundo más sostenible. Estoy pensando hacer un Master en Energías Renovables para completar mi formación en ese aspecto. También recuerdo con mucho agrado la convivencia y trato con mis compañeros. A pesar de la diferencia de edad, hubo una integración total. Hay jóvenes muy preparados.

Por último, quisiera destacar y agradecer las aportaciones e implicación que desde mi empresa ha habido a la hora de donar material para la gente que lo necesitaba. La gestión de algunas personas ha sido clave a la hora de poder pedir material, material de primeras curas donado por los servicios médicos, que fue recibido por los habitantes de Sibassor y por la asociación Edukaolack con mucho agradecimiento. Sin este tipo de aportaciones, tanto de personas particulares como de empresas con ese sentimiento altruista, sería imposible llevar a cabo un proyecto de esta magnitud. Jërëjëf (gracias, en wolof).