Descubrió Agrónomos de casualidad y ha acabado con Premio Extraordinario y «encontrando fácil trabajo de lo que me gusta»

Empleada en los laboratorios de Marnys, Silvia Mendoza pensaba estudiar Psicología hasta que descubrió la ETSIA

Silvia Mendoza en los laboratorios de Marnys.
Silvia Mendoza en los laboratorios de Marnys.
Publicada el 19.Feb.2018

La historia de éxito, tanto a nivel académico como en inserción laboral, de Silvia Mendoza Carmona (Cartagena, 1994) es atípica. Su relación con la ingeniería fue un flechazo a última hora, lo que le costó no pocos esfuerzos en los primeros años de carrera, lo que no le ha impedido conseguir el Premio Extraordinario Fin de Grado en Ingeniería Agroalimentaria y de Sistemas Biológicos con mención en Industrias Agroalimentarias y obtener empleo en los laboratorios de Marnys.

- ¿Por qué elegiste estudiar Ingeniería Agroalimentaria?
- Desde niña había querido ser psicóloga, pero justo antes de Selectividad, una amiga me habló de la Escuela de Agrónomos y la acompañé a una visita a la ETSIA. Hasta ese momento no sabía ni que existía la Ingeniería Agroalimentaria. En la charla que dio el entonces director, Alejandro Pérez Pastor, me enamoré de la carrera. Nos dijo que seríamos los ingenieros de la vida y ayudaríamos a alimentar a la población con recursos limitados.

- ¿Y no te costó adaptarte a las asignaturas técnicas?
- El primer año me dieron por todos lados (ríe). Especialmente en dibujo técnico, porque lo más parecido que había estudiado era Plástica en la ESO. Pero yo si empiezo algo, lo termino, cueste lo que cueste.

- ¿Y aún así has acabado con el mejor expediente de tu promoción?
- Con una media de notable, sí. Fui de menos a más, porque los últimos cursos, en los que se ven las asignaturas más relacionadas con la industria agroalimentaria, me encantaron.

- ¿Qué es lo que más valoras de la carrera?
- El que me haya servido para encontrar trabajo fácilmente y de lo que me gusta.

- ¿Cómo conseguiste el empleo en Marnys?
- Gracias a que hice prácticas allí, por mediación del profesor Antonio López. Cuando las terminaba, surgió una vacante y me llamaron. Desde que empecé la carrera, tenía muy claro que quería hacer prácticas en empresas. Otros compañeros prefieren hacer asignaturas optativas, porque así se consiguen créditos más fácilmente.

- ¿Qué haces en la empresa?
- Estoy en el laboratorio del departamento de Control de Calidad. Hago analítica instrumental, auditorías, documentación, validaciones y especificaciones de materias primas.

- ¿Qué es lo que más te gusta del trabajo?
- Disfruto con los equipos punteros y tan potentes que tenemos. Cuando hice las prácticas, pensé ‘quiero trabajar en un laboratorio así’. Porque los compañeros me acogieron genial desde el primer momento y me dieron mucha seguridad. Estoy muy a gusto.

- ¿Hay mucho trabajo de laboratorio en Marnys?
- Muchísimo, la empresa está en plena expansión. Tanto, que no pude asistir al acto de Santo Tomás de Aquino para recoger el Premio Extraordinario.

- En las ingenierías faltan mujeres, ¿recomiendas a otras chicas que estudien carreras técnicas?
- Animo a todo el mundo a que haga lo que más le llene y le guste. De hecho, en nuestro laboratorio somos todas mujeres salvo un par de hombres.