'Cooltulab', un laboratorio artístico para revitalizar el casco histórico de Jumilla y crear una nueva fachada para la ciudad

El autor ha recibido el Premio Extraordinario Fin de Grado en Arquitectura de la UPCT y ha explicado el proyecto a la alcaldesa del municipio

Francisco Aparicio junto a una imagen de su proyecto.
Francisco Aparicio junto a una imagen de su proyecto.
Publicada el 18.Feb.2021

Difícilmente se puede terminar mejor una carrera. Francisco Aparicio Buendía (Roldán, 1995) concluyó en diciembre el grado en Arquitectura en la Universidad Politécnica de Cartagena y fue contratado nada más presentar su TFG en el estudio murciano Naturarquia. Y en enero ha sido distinguido con el Premio Extraordinario Fin de Grado en Arquitectura durante el acto académico de Santo Tomás de Aquino. Ha obtenido la nota media más alta de su promoción y la ha rematado con matrícula de honor en su trabajo final.

 

El proyecto con el que ha concluido su título en Arquitectura se titula ‘Cooltulab. Laboratorio de experimentación y creación artística en Jumilla’ y es uno de los proyectos finales ubicados en esta localidad del Altiplano que ha dirigido el profesor Pedro García Martínez.

 

“El objetivo del proyecto es revitalizar el casco antiguo de Jumilla, que como en otros muchos municipios necesita del impulso que pueden proporcionar nuevos equipamientos públicos”, comenta el nuevo arquitecto por la UPCT. 

 

El inmueble que ha proyectado se situaría en la ladera del castillo, adosado a las medianeras de varias casas, conformando una nueva fachada para la ciudad. El alumno y el director del trabajo han explicado el proyecto a la alcaldesa de la localidad, Juana Guardiola, y al concejal de Urbanismo, Francisco González, quienes les transmitieron su interés por exponer en próximos meses éste y el resto de trabajos académicos que los estudiantes de la Politécnica han diseñados para Jumilla.

 

“El reto era integrar un edificio de 3.000 metros cuadrados en un entorno de inmuebles unifamiliares, por lo que opté por un diseño fragmentado, con volúmenes diferenciados y únicamente dos plantas, aprovechando el desnivel del terreno, para emular la tipología constructiva típica del emplazamiento”, resume Francisco Aparicio.

 

El equipamiento serviría de foco de atracción para la zona y podría acoger cualquier disciplina artística, al contar con auditorio, filmoteca, espacios de revelado fotográfico, talleres cerámicos y diversas salas multiusos.

 

El joven arquitecto reconoce haber tenido “facilidad a la hora de encontrar trabajo” nada más terminar su formación universitaria. De hecho, desde que cursaba el quinto curso del grado y hasta la irrupción de la pandemia estuvo trabajando en el estudio Pacheco & Asociados. En Naturarquia, donde ahora ha sido contratado, está empleada otra exalumna de la UPCT, Belén Pallarés, que también fue premiada, en su caso por el Colegio de Arquitectos de la Región.

 

“El trabajo en un estudio se diferencia del que hacemos en la Universidad en la velocidad con la que hay que resolver los proyectos, en los detalles hasta los que hay que descender y en la importancia del presupuesto, pero realmente es lo mismo que vemos en la carrera, aunque a otra escala”, reflexiona el egresado de la Politécnica.