Un@ de los nuestros, Sergio Muñoz: «Soy de agua»

Sergio Muñoz en la oficina de Correos de la UPCT.
Sergio Muñoz en la oficina de Correos de la UPCT.
Publicada el 10.Ene.2019

Sergio Muñoz (Cartagena, 1972) quería ser policía o fisio, pero su trabajo siempre se ha centrado en el reparto. Cuando tenía 18 años quería ser funcionario y mientras trabajaba como cartero, mensajero y repartidor de pizza, entre otras ocupaciones, era opositor. Consiguió ser funcionario y desde 1999 trabaja en la UPCT. La mayor parte de trabajo en la UPCT la desempeñado en el Servicio de Correos. Sabe siempre cuánto cuesta un envío, conoce a la perfección los recorridos, todo un experto. Y algo que le encanta, llegar a tiempo y sin retrasos.

- ¿Lo que más le gusta de la UPCT?
- La cercanía y la familiaridad. Además que como yo estoy desde los inicios, en 1999, digamos que he crecido con la Universidad.

- ¿Crecimiento humano?
- Mucho. La Universidad, y mi trabajo en el Servicio de Correos me ha aportado mucho. Sobre todo he aprendido a no interpretar el error como un fracaso, sino como una oportunidad de mejora.

- ¿Qué quería estudiar/ser de pequeño?
- De pequeño, muy pequeño, policía. De adolescente. Fisioterapeuta.

- Ni una ni otra.
- Por una cosa o por otra, siempre me he dedicado al tema del reparto y al transporte: mensajero, telepizzero, cartero y, al final, mi plaza en Correos de la Universidad.

- ¿Con qué soñaba cuando era pequeño?
- Con tener una colección de coches de juguete. Me gustan los ‘Guisval’. Me acuerdo que el anuncio de la tele decía: (y canturrea) “ A jugar con Guisval, miniaturas en metal”. Tenía muchos, una enorme colección. Pero yo los quería todos y, claro, no podía ser.

- ¿De Cartagena al cielo?
- Por supuesto. Amo mi ciudad. Me encanta ser cartagenero. Para moverme de aquí, tendrían que trasladar la ciudad entera, con el mar y todo.

- ¿Un viaje ideal?
- Italia Me fascina este país. Y recorrerla palmo a palmo, sin prisas, con mi mujer.

- ¿Qué virtud admira más?
- La honradez.

- ¿Qué procura?
- Por encima de todo, mantener la virtud que he dicho antes: la honradez.

- ¿Qué libro está leyendo?
- Ahora mismo ninguno. Estoy preparando la promoción interna.

- ¿Una canción?
- Me gustan varios artistas según el momento y según lo que cantan. Si tuviera que elegir una ahora mismo, diría ‘Musa en paro busca poeta’, de Antílopez. Tiene letras muy interesantes, por ejemplo: ‘Cadenas empalabradas’ o “Peligro de extinción”.

- ¿Qué procura cada día en la UPCT?
- Que todo llegue a tiempo a su destino y a su destinatario.

- ¿Qué es lo más gratificante de su trabajo?
- Destinatarios felices, satisfechos . Y por supuesto, acabar el día sin incidencias, lo que estadísticamente es difícil, aunque en el Servicio de Correos lo intentamos cada jornada.

- ¿Qué le gustaría que recordaran de usted cuando pasen unos años?
- El trabajo, el intentar hacerlo bien y la profesionalidad.

- ¿Se atrevería a dar algún consejo?
- Si no me lo piden, no.

- ¿Qué suele hacer en su tiempo libre?
- Escuchar música, pasear, nadar y poco más. También soy fan de la gastronomía, lo que ahora se llama “foodie”, jajaja.

- ¿Mar o montaña?
- Mar. Siempre mar.

- ¿Su deporte preferido?
- Natación. Como verá, soy de agua.

- Y ahora, vamos a hablar de paquetes. ¿En qué época del año mueve más paquetes?
- En julio y en diciembre. Antes de vacaciones todo el mundo quiere dejar todo entregado, enviado, reclamado. En diciembre, se suman las fiestas navideñas porque se mueven muchos regalos institucionales, muchos envíos por el cierre del año y las empresas de transporte van a tope, con lo cual, es una locura. Estos dos meses se dobla el número de envíos con respecto a un mes normal.

- ¿Echa algún paquete fuera?
- No entiendo la pregunta.

- Es en lenguaje figurado
- Jajaja. No. Mi trabajo es quedármelos, también en lenguaje figurado.

- ¿Echa algún ‘paquete’ en alguna ocasión?
- ¿Echar algún puro? Bueno, yo no los llamaría “puros” como tal, pero si tomar las medidas y decisiones para que todo el Servicio funcione en su conjunto, lo que a veces conlleva “echar algún paquete de poco peso, sin certificar y sin acuse de recibo, aunque cuando hace falta sí que superan el peso máximo permitido. De todo hay, como hay todo tipo de envíos, siga valiendo el símil del oficio”. Y aunque me considero estricto, ya que en este trabajo que funciona con tiempos y plazos, hay que serlo, también intento ser flexible cuando la situación lo requiere.