Una alumna de la UPCT propone rutas guiadas por las villas modernistas de Cartagena para incentivar su conservación

Destaca en su TFG el mal estado de conservación de algunas de ellas

La alumna y la docente frente a villa Calamari
La alumna y la docente frente a villa Calamari
Publicada el 20.Sep.2017

Villa Calamari, en San Félix, Villa Carmen, en Pozo Estrecho y Lo Treviño en La Palma son tres ejemplos de villas que se encuentran en muy mal estado de conservación. Así lo indica un estudio elaborado por María Begoña Gómez-Gil de la Cerda, alumna de Grado en Turismo de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), que ha analizado en su Trabajo Fin de Grado el estado de las villas modernistas de los alrededores de Cartagena. El trabajo, turorizado por Cristina Zumel, propone soluciones para el aprovechamiento turístico de las villas, como una ruta turística, para conservarlas al mismo tiempo que se da a conocer el patrimonio cultural de la ciudad.

La joven propone una ruta turística que comenzaría en el centro de la ciudad con un recorrido por edificios modernistas emblemáticos que eran residencia de algunas de las familias más influyentes de Cartagena a principios del siglo XX como el Palacio Aguirre, la Casa Llagostera o la Casa de Celestino Martínez. La ruta continuaría por las villas modernistas que esas mismas familias construyeron en los alrededores de Cartagena como Villa Calamari, en el barrio de San Félix, Torre Llagostera, en el Polígono de Santa Ana y el Hotelito de Enriqueta Soler Ávalos en el barrio Peral, entre otras.

Según cuenta la alumna, los costes de estas rutas no serían demasiado elevados, teniendo en cuenta que se dispondría de un microbús en la plaza de España para trasladar al grupo de visitantes, que no sería superior a 20 personas, al resto de las villas. Señala que se podrían organizar las rutas a un precio de 50 euros por persona que incluiría el recorrido y una degustación gastronómica.

“Muchas de estas villas son importantes, pero no están declaradas como BIC, por lo que están muy deterioradas, apenas se conocen y no se están conservando”, dice María, que apunta que las rutas estarían enfocadas a potenciar el turismo cultural.

La joven estudiante, que residió durante años en Galicia donde tiene lazos familiares, se inspiró en el uso turístico dado a muchos pazos, así como, a las casas de indiano de Asturias, Cantabria y País Vasco. María Begoña asegura que “se enamoró” de Villa Calamari la primera vez que la vio cuando todavía estaba empezando sus estudios de turismo y que ese fue el origen del trabajo en el que ha decidido emplear los conocimientos adquiridos durante su etapa universitaria para dar forma a esta investigación.