Ésta es la segunda vez que un libro de Pablo Ruiz, técnico del CRAI-Biblioteca ve la luz. Aunque el primero de ellos no le dejó demasiado satisfecho: "El anterior es una especie de hijo no deseado que me avergüenza delante de las visitas y que intento que no salga de su habitación por si me pone en evidencia", asegura.

Con 'Las vidas raras de Gladys Gregoria Fitzsimmonon', Ruiz se siente "liberado" a la par que "ilusionado". Cuenta que ha dedicado más de un año de trabajo a desarrollar una idea en la que cree. "Me siento liberado porque no veré más a Gladys Gregoria Fitzsimmonon acosándome en mis pesadillas; ella misma me prometió en una de ellas que dejaría de atosigarme cuando el libro viera la luz y ella volara libre. Menudo tormento de mujer...", confiesa.

'Las vidas raras de Gladys Gregoria Fitzsimmonon'cuenta la historia de un matrimonio que vive en una casa de ensueño, pero que oculta una realidad más sombría y perturbadora. Ruiz traza una visión disparatada y distorsionada "hasta lo grotesco" de los males que acechan a un matrimonio: el desgaste de los años, la distancia emocional, los celos , la soledad o el brillo tentador de una navaja sobre la mesita de té.

Se trata de un relato costumbrista, tragicomedia policíaca, pesadilla bufa, sainete british y seria llamada de alerta sobre los peligros de la vida conyugal.

La idea del libro, relata, que surgió de los "sinsabores" cotidianos de la vida conyugal. El día a día, señala, le ha facilitado ideas para el libro: "¿Que a tu pareja le da por levantarse de la cama a las tantas de la madrugada? ¿Que no la soportas a las once y la amas a las 12 y viceversa? Exageradas hasta lo grotesco, todas esas cosillas las trasladaba a mi historia para enriquecerla".