MANIFIESTO DE PROFESORES DE UNIVERSIDAD SOBRE

LA EVALUACIÓN DE LA ACTIVIDAD INVESTIGADORA

(SEXENIOS)

 

Los sexenios de investigación se establecieron en 1989 como un complemento retributivo que, de alguna forma, paliaba la pérdida de poder adquisitivo del profesor universitario. Sin embargo, no todos los que merecen este complemento lo han recibido.

 

En la actualidad, con la nueva Ley Orgánica de Universidades, los sexenios se han convertido, además, en un indicador de calidad y son imprescindibles para formar parte de las Comisiones de Habilitación y de las Comisiones de las Universidades que juzgan el concurso de acceso. Este cambio significa que un complemento meramente económico ha sido elevado a un indicador de excelencia académica. Las reglas anteriores no son válidas para este nuevo objetivo.

 

CRÍTICAS AL PROCEDIMIENTO DE EVALUACIÓN

El procedimiento de evaluación de la Comisión Nacional de Evaluación de la Actividad Investigadora (CNEAI) ha sido y es objetable por diferentes razones:

 

Definición de los campos científicos, composición de los Comités Asesores y divergencia de resultados.

 

Respecto a la metodología de trabajo. En la metodología de trabajo de las Comités Asesores detectamos fallos importantes por las siguientes causas:

 

Respecto a los criterios de validez científica. Los criterios para evaluar las aportaciones dejan bastante que desear:

Evaluación global. Se habla de ella pero fundamentalmente se consideran cinco aportaciones. No se tienen presente la dirección de trabajos científicos dentro de los propios centros universitarios (dirección de tesis doctorales y otras investigaciones) o la participación en proyectos empresariales externos de notoria importancia.

Libros: Frecuentemente se tiene más en cuenta la editorial que lo publica que el contenido del propio libro. No deberían desecharse automáticamente los manuales y obras generales, puesto que no sólo constituyen excelentes aportaciones, sino que tienen un reconocimiento general, sobre todo cuando se utilizan en diferentes Universidades que imparten esa especialidad.

Revistas: No cuentan las publicaciones en revistas profesionales, universitarias y de institutos universitarios. En algunas áreas, las publicaciones que más consultan el profesorado y los alumnos son las profesionales, en las que no es fácil publicar y, sin embargo, no son consideradas.

Otros soportes. No se evalúan las aportaciones publicadas en CD´s o en Internet.

Citas. Como criterio científico, se exige ser citado por otros. Sencillamente, esto no es un criterio de valor. La Comisión, al no revisar los documentos, no sabe el valor de la cita, si es meramente bibliográfica o supone un reconocimiento y valoración por parte de quien cita. Además, existen publicaciones e investigaciones cuyos resultados son copiados sin hacer referencia al autor.

Investigaciones en equipo. Se ha penalizado y en algunos casos prescindido de los trabajos en equipo.

 

Transparencia de la evaluación. Todo lo relacionado con la evaluación es secreto. No se especifican criterios ni se justifica convenientemente la calificación final.

 

Revisión de evaluaciones. Existe una falta de garantía absoluta en los procesos de revisión. Ni se razonan las contestaciones, ni los Comités Asesores que resuelven los recursos e impugnaciones son distintos de quienes han evaluado por primera vez.

 

EFECTOS SOBRE EL PROFESORADO

 

El procedimiento de evaluación y sus resultados han influido negativamente en el profesorado universitario:

1.- Perjuicio económico para los que no han alcanzado resultados positivos y para los que no se han presentado:

2.- Desmoralización y frustración:

·        Los que no han alcanzado resultados positivos en la evaluación, son identificados con los anteriores y ambos figuran en el grupo de los que “no han superado el listón”, lo que crea una gran frustración y desmoralización en el profesorado universitario.

3.- Desorientación por la falta de consenso en los criterios entre lo “oficial” y lo académico / profesional:

·        En muchos casos, profesores de reconocido prestigio académico y/o profesional no han obtenido los sexenios, lo cual desprestigia todo el proceso de evaluación.

4.- Preocupación (y agobio) por estar y seguir la tendencia o escuela dominante en los criterios de la comisión, más que por la crítica que conduce a la evolución científica.

 

PROPONEMOS

 

1.- En relación a las futuras evaluaciones en todas las áreas y comisiones:

·        Que se rediseñen los campos científicos, evitándose los formados a partir de la adición de áreas de conocimiento muy dispares.

·        Que existan especialistas de todas las áreas de conocimiento en los Comités Asesores para que se produzca un acercamiento más real a los méritos de los trabajos que han de juzgar.

·        Que en el nombramiento de los expertos no influyan criterios que no sean estrictamente académicos.

·        Que todo el proceso y los resultados sean transparentes y justificados.

·        Que se valoren los trabajos en equipo evitando las disfunciones que se observan en la actualidad.

·        Que, en la revisión o impugnación, se admita informe de perito de parte o, al menos, proposición de terna de expertos en el área de conocimiento y que resuelva otro comité asesor distinto.

2.- En relación a las áreas discriminadas (en los 13 años anteriores):

·        Que los trabajos y aportaciones de quienes no han conseguido sexenios y lo soliciten, se sometan a una nueva evaluación aunque no genere efectos económicos retroactivos.

·        Que en esa revisión, los sexenios anteriores deben ser evaluados teniendo en cuenta en cada caso el nivel científico existente en nuestro país para cada periodo que se somete a evaluación, es decir, no sería justo valorar los periodos sometidos a evaluación sin tener en cuenta el nivel científico de nuestro país en cada periodo.

 

 

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